En decoración ¿te subes al carro de las modas o prefieres buscar un punto diferenciador? Date un par de minutos para reflexionar sobre ello porque no siempre lo que piensas es lo que deseas.
Es indudable que la decoración es un medio mediante el cual podemos expresar nuestro modo de vida y nuestra personalidad. Está demostrado que las personas influyen en el espacio que habitan lo mismo que el espacio influye en las personas. Es una relación en paralelo, sustentada por la proyección que realiza la persona en el lugar. Hoy día es posible saber la naturaleza de este influjo espacio-individuo y de qué manera uno determina el otro.
La estandarización de modelos, muchos de ellos a un bajo coste, y venta en masa de estos últimos tiempos ha influido de forma importante en la memoria colectiva. La repetición de un mismo patrón, adaptable y funcional, ha reducido considerablemente el número de opciones para poder elegir, teniendo en cuenta que la mayoría de elecciones las hacemos de manera automática.
Esto también es aplicable a diseños más personalizados. En mi visita a Casa Decor, observé una sucesión de similitudes, en materiales, colores y formas, en espacios y usos distintos. Esto es la prueba del reflejo de la mente, individual y colectiva.
Espacios diseñados por personas distintas, coincidían en tejidos y gamas cromáticas. El dorado del latón, ha adquirido un protagonismo tal, que se aplica en la decoración de pareces, mobiliario, lámparas o vajillas.
Esto es lo que podríamos definir como moda.
La moda repercute a un nivel profundo en la persona, ya que conecta con su forma de pensar. Cuando no ves más que la sucesión indefinida de un mismo modelo, tu mente lo almacena. Posteriormente, de forma inconsciente busca ese diseño o similar para adaptarlo en un lugar concreto de tu casa o negocio. Lo cual supone una limitación de potencial.
Esto mismo sucede con la inspiración. La mayoría de las veces, las ideas nacen de lo que ya está almacenado en el registro mental de cada uno. Cuando está dentro de la globalidad es muy difícil salirse de un patrón definido, ya que por inercia se descartan otras opciones que hasta entonces se desconocen.
Este registro mental es lo que determina el comportamiento de cada persona, es la mente la que toma el control, no la persona. Del mismo modo, lo que sucede en el entorno es lo que absorbe el ser humano. (No hay más que mirar unos años atrás y ver que el término “crisis” era el que dirigía la vida de todo un país).
La buena noticia es que para diferenciarte de esta circunstancia, aplicada al mundo decorativo, sólo tienes que ampliar tu nivel de consciencia. Replantearte las cosas y preguntarte ¿es esto lo que yo necesito? ¿son estas las únicas opciones a mi alcance? ¿qué hay más allá de esta situación? En definitiva, sólo tienes que ser responsable de ti mismo.
Cuando me consultan sobre un diseño, un mueble o un objeto decorativo les digo que se pregunten lo que se esconde detrás de esa acción. Muchas veces, el apego a cosas materiales, bien porque son regalos o recuerdos, determina el ambiente de un espacio, generalmente recluido en el pasado. Otras veces son las modas las que mandan, que no siempre tienen afinidad con las personas, aunque no lo sepan.
Por eso, antes de cualquier acción, lo importante es saber el objetivo personal, lo que se quiere proyectar en ese lugar, aparte de lo visual (decorativo). Un espacio es mucho más que una sucesión de muebles y decoración. Un espacio es el lugar en el que se da cabida a lo que uno es, a lo que una persona quiere potenciar en su vida: las relaciones personales, el hábito de estudio y la creatividad o bien una cualidad emprendedora.
Todo esto es lo que se refleja en un espacio y la herramienta para verlo es el feng shui. Feng shui determina dónde deben situarse los espacios más propicios para dar cabida a esos anhelos e inquietudes personales. Define la cualidad activa (yang) o pasiva (yin) de esa aspiración en relación con el lugar y la persona.
Un espacio activo (cualidad yang) está relacionado con usos dinámicos en los que se proyectan intereses relacionados con bienes materiales mediante reuniones familiares, charlas con amigos, escuchar música, bailar, cantar. Son lugares que requieren luz, sonido, actividad y movimiento.
Un espacio pasivo (cualidad yin) se vincula con actividades como dormir, meditar o leer. En estas zonas se reflejan inquietudes referidas a las relaciones personales, a las pautas de comportamiento y a la salud. Requieren tranquilidad, silencio y luz tenue.
El siguiente paso es la decoración, segunda estrategia para potenciar esas cualidades. Aparte del estilo decorativo, que entra dentro del gusto personal, es importante observar las propiedades de cada elemento: el material, la forma, el tamaño, la proporción, la robustez o la ligereza. Estas propiedades apoyan tu objetivo inicial reflejado en un espacio físico.
Por eso, Feng shui te ayuda a expresarte a través de la decoración, pero con la diferencia de la intención que subyace dentro de ti, tu objetivo vital.
Dependiendo de cuál sea tu propósito, la elección será distinta. Pero no olvides dejar de lado tu archivo mental y ser más consciente para poder ver todas las infinitas posibilidades a tu disposición y saber lo que realmente quieres.
Y ahora dime: ¿Sigues las tendencias o buscas nuevos ámbitos de actuación? Me alegrará leerte en los comentarios, respondo siempre.
Me alegra leer este artículo. Porque yo no suelo ir con las modas ( d forma consciente, claro). Voy más a la intención de lo q queremos conseguir. Cuando empecé a oir hablar de fengshui me llamaba la atención q todo se centrase en la decoración. «Otra moda» me dije. ¿Por qué no aplicaran fengshui antes de hacerse la casa?, me preguntaba. Creo q se entiende muy bien tal y como lo has explicado. Gracias por el artículo Esther!
Muchas gracias María Jesús.
Hola Esther! Las ideas están en el aire y viajan. Aunque uno no haga nada por seguir una u otra moda, lo cierto es que tu mente puede captar lo que está en tu entorno de manera inconsciente. Siempre me ha sorprendido como ciertas culturas geográficamente muy distantes y cuando no había medios de comunicación, sus manifestaciones artísticas son muy parecidas. Yo en la decoración y en la ropa voy a mi bola, y me quedo con lo que me transmite el objeto, la tela, el color, la textura… , pero seguro que esa bola está influida de muchos modos
Muy buena apreciación, María. Somos la suma de todo lo que absorbemos y lo que vemos tiende a ser reproducido, desde los dibujos al natural.
Un abrazo.
Como observador del diseño de interiores sin conocer de tu especialidad me dejo llevar x mis gustos y queriendo o no la armozacion del detalle con el todo. Y por cierto q la masificacion trae lo suyo. Los especialistas le llaman tendencias cdo imitan un estilo o color o diseño. Y creo q vale ser un trasgresor Esther, y de la mano de una diciplina milenaria mejor.
Buena semana en vos.
Estoy de acuerdo contigo, Dante. El gusto personal debe primar por encima de todo, al final es el reflejo de la persona. Pero el giro de tuerca, a favor de la intención, marca una diferencia notable. 🙂
Muchas gracias por tu comentario y buena semana para ti también.