Siempre que da comienzo una obra suelo decir a mis clientes que ese momento es un punto de intersección en la vida. Un momento en el que hay que decidir lo que te llevas en la mochila y lo que dejas por el camino. Tienes que tener en cuenta que cuanto más ligera sea tu carga, más fácil te resultará el trayecto.
Tu equipaje se compone de todo tipo de cosas materiales, más o menos útiles, pero también se compone de trocitos de tiempo del pasado a modo de recuerdos y de experiencias. Estas últimas son los responsables de todo lo que te rodea, objetos, personas, conocimiento… porque aunque probablemente no hayas pensado en ello, tu exterior es una proyección de tu interior.
“ENSÉÑAME CÓMO VIVES Y TE DIRÉ CÓMO ERES”.
Un amigo me dijo en una ocasión que a raíz de sus sucesivas mudanzas había aprendido a vivir con lo indispensable. Cada vez que tenía que desplazarse, metía todo su mundo material en cajas que iba amontonando en la habitación de trastos de turno. Un día se dio cuenta de que sólo había abierto un par de ellas y que apenas se acordaba de lo que contenía el resto de cajas. Cargaba con ellas por inercia, hasta que dejó de hacerlo. Optó por simplificar. Se liberó.
En cambio, hay personas que tienden a acumular gran cantidad de objetos a lo largo del tiempo. Poco a poco van cargando su vida de cosas más o menos útiles que almacenan en cada hueco libre que ven como si una especie de “horror vacui” les recorriera por dentro. Da igual una nueva vivienda, una casa más grande, la tendencia es la acumulación.
Para este tipo de personas, la “oportunidad del cambio” ha pasado de largo. Una casa nueva se hace vieja en apenas unas semanas, el brillo de lo nuevo se vuelve flor de un día. La ilusión se desvanece como quien intenta una dieta sin renunciar a las hamburguesas.
Tu casa eres tú, es el reflejo de ti mismo. Muestra tu orden o tu caos, si eres organizado o no… tan sólo con abrir un armario. Tu armario es tu mente, es la claridad de tus ideas, es tu orden interno. Si eres una persona con una mente estructurada, tendrás más facilidad para mantener tu espacio ordenado. Sin embargo, si eres una persona que piensa demasiado, que le cuesta tomar decisiones, tu tendencia será la acumulación de objetos y el desorden.
¿Sabes por qué? Por tu mente subconsciente.
La experiencia me ha llevado a ser un poco psicóloga y poder entender este proceso. En parte, es algo que se ve venir cuando una de las necesidades básicas del cliente es tener espacio de almacenaje, sea como sea… llegando incluso a realizar armarios en los techos de los pasillos.
Cuando reformas tu casa o tienes que hacer una mudanza, se te presenta la oportunidad para soltar lastres, para decir: “Esto me lo llevo pero esto otro ya no me resulta útil” En todos los apartados de tu vida.
Este momento puede ser realmente liberador, vas metiendo en cajas lo que no necesitas, lo que tiras, lo que regalas, lo que vendes y lo que te quedas. Vas simplificando y aligerando tu equipaje en un proceso terapéutico como el que más.
Si te resulta difícil llevar a cabo esta tarea es porque tienes exceso de pasado o exceso de futuro.
El exceso de pasado es el apego a las cosas (materiales o personales). Es el miedo de desvincularte de objetos que han estado contigo, ya sea ropa que ya no te pones, el adorno de la boda del amigo de tu hermano, tu primer monedero (o lo que queda de él). Es apego al pasado, que genera nostalgia y tristeza.
El exceso de futuro, es más miedo, esta vez a deshacerte de cosas que piensas que más adelante puedes necesitar, no vaya a ser que te encuentres en una mala situación y luego te acuerdes. El famoso “por si acaso”. Esto genera ansiedad y estrés.
Estos comportamientos pueden traducirse en un almacenaje excesivo, en la aglomeración de objetos o en una compra compulsiva.
Hay que vivir el momento presente porque la vida siempre pone a tu disposición lo que necesitas en cada momento.
Cuando tomas una decisión importante, modificas algo de tu vida, tu entorno cambia contigo, el resto de cosas busca una nueva posición.
Por eso es tan importante ser conscientes del estilo de vida de cada uno. Yo puedo interpretar cómo te muestras al mundo a través de tu casa, mediante herramientas como Feng shui, entre otras. Pero lo más importante son tus decisiones, que te llevan a cambiar el rumbo hacia tu éxito o envolverte en una espiral infinita de la que no quieres salir.
Así que si estás dispuesto a subirte al tren de lo bueno por conocer, aprovecha tu mudanza o la reforma de tu casa para renovarte por dentro y por fuera:
– Tómate tu tiempo en repasar tus pertenencias, esos pedacitos de tu vida que tienen la importancia que tienen, ni más ni menos.
– Quédate con lo realmente indispensable, con lo práctico y con lo que vayas a utilizar realmente. Pero sobre todo quédate con aquello que te hace sentir bien y que te identifica.
– Tira, regala, vende, dona, lo que ya no utilices: ropa, revistas, trastos viejos y objetos rotos. Evita los apegos emocionales.
– Procura un lugar para cada cosa, con orden.
– A la hora de organizar tu despensa, compra de manera controlada, viviendo el momento presente.
– Viste de nuevo tu casa. Renueva tu vajilla, la ropa de cama y juegos de toallas.
– Mantén tu entorno limpio y ordenado todos los días.
– Mima tu casa tanto como a ti. Coloca detalles bonitos y vívela en plenitud.
Y recuerda que siempre llega más lejos el que va más ligero de equipaje. Un entorno agradable, organizado y bien cuidado te revitaliza y te inspira constantemente.
Y tú, ¿qué llevas en tu mochila? ¿simplificas o acumulas? Deja tu comentario.
Hola Esther, soy de Uruguay. Hace unos años, desde el 2006 que compre´un libro sobre Feng Shui, me entusiasmé con esta forma de vivir.
Amo descartar cosas, regalo lo que no uso más o vendo o tiro, depende de lo que sea y cada vez simplifico más.
Me encantan las sábanas y toallas nuevas, los sillones prolijos y todo lo que antes tenía como adornitos ya los regalo o los tiro.
Me gusta tener las paredes limpias y pintadas, las puertas tambien..amo mi casa.Pero sigo simplificando.
Saludos.
M.Victoria
Muchas gracias por compartir tu experiencia, María Victoria.
Un saludo.
Gracias por el post, Esther. Yo también acumulaba pero la vida se encargó de quitarme el equipaje «a lo béstia» y al tiempo q estaba embarazada / recién parida me mudé dos veces a distintos países y pasaron cosas poco habituales q no vienen a cuento y acabé sin casi nada de mis cosas! Me supo muy mal al principio pq no era algo q yo escogierá pero ahora sólo hecho en falta cosas importantes q perdí como unos diarios personales q había escrito yo. Por lo demás más bien agradezco el haberme liberado… Lo q me pasa últimamente es lo contrario: por más q tiro cosas me sigo sintiendo abrumada por los objetos en mi casa… Siempre pienso q aún hay demasiadas cosas…no es «neura», tampoco es q viva «sin nada»… Realmente he comprendido la necesidad de simplificar nuestra vida y nuestro entorno pero es curioso como siguen llegando cosas a mi casa q la familia me da (ropa para mi hija, etc) muchas más cosas q las que yo querría… Y aunque no me cuesta «no comprar» sí cuesta más tirar lo q ya se tiene! 🙂
Gracias por compartir tu experiencia Mireia.
Si no lo conoces, te aconsejo leer el libro de Marie Kondo, «La magia del orden». Yo lo descubrí después de escribir este artículo y a partir de entonces siempre lo recomiendo. A ti te puede ayudar a seguir las pautas para evitar seguir acumulando objetos.
Un saludo.
Estoy tan de acuerdo, es una de las cosas que más cuesta hacer entender a los clientes, enhorabuena por el post.
Gracias Magda. Un saludo.
Excelente artículo que ha venido como anillo al dedo. Parece que te hubieras colado en nuestra casa y hayas descrito perfectamente una situación muy frustrante. Que hacer cuando hay polos opuestos? La acumulación de cosas viejas y, para mi inservibles, me crea un enorme estrés sin embargo mi marido tiene demasiado apego emocional tanto al pasado como al futuro y esto es motivo de discusión permanente. Vivo en una casa que tiene, para mi gusto, demasiadas cosas las cuales no puedo tocar y me agobia. Como solucionar este problema?
Muchas gracias Cristina.
No te agobies, hay personas que dan mucho valor a ciertos objetos y retirarlos de golpe es como arrancarles una parte importante de sí mismos, aunque a veces solo sea miedo o inseguridad. Pero en una relación hay que ceder en según qué cosas así que prueba poco a poco. Dedica un día a cambiar las cosas de sitio. Es una buena ocasión para organizar las cosas de otra manera, limpiarlas, ordenarlas o guardarlas en una caja y lo que realmente no sirva o no se use, darle el pasaporte con consenso.
Con argumentos convincentes, poco a poco, seguro que cede. Lo mismo que tú al respetar esa faceta suya.
Un saludo.
Buenas noches Esther.
En mi caso cuando me formé como consultora de feng shui tardé bastante en poder emprender el camino de desprenderme de muchas cosas…. Pero una de las técnicas que me hacen un poco más fácil la tarea es hacer una fotografía de los objetos que me evocan recuerdos positivos y que me resultan más difíciles de «soltar».
Y lo curioso es que tener la fotografía me da cierta paz pero a la vez luego no me las miro nunca.
Un saludo cordial
Susanna
Muy curioso lo que cuentas, Susanna. Te agradezco que lo hayas compartido.
Un saludo.
Hola Esther,
Me ha gustado mucho el post, realmente cierto. Yo solía acumular mucho, me sabía mal tirar cosas que luego pudiera necesitar, pero te das cuanta de que en el fondo te liberas y cuando tienes orden en tu entorno, también lo tienes en tu mente, Lastima que no estés más cerca ;-(
Un abrazo,
Cristina
Yo suelo hacer montoncitos: el del sí, el del no y el del ya veremos. A veces al del no cuesta darle el pasaporte y lo tengo días y días hasta que me decido. El del ya veremos suele quedarse para la próxima redada, 🙂
Gracias por tu comentario, Cristina. Un abrazo.
Muy Interesante y cierto!
Muchas gracias.
Lo comparto
Gracias Fernanda!
Muy interesante artículo , los seres humanos evolucionamos y cada día queremos ser mejores q antes , el Feng shui es una herramienta útil
Sí que lo es. Gracias Virgin.
Yo soy de las que acumula pero incluso eso lo hago dentro de un orden estricto, cada cosa en su sitio y un sitio para cada cosa. Tambien es cierto que cada 3 años hago limpieza de armarios y trastero y «simplifco», quiza deberai hacerlo mas a menudo pero como tengo sitio y todo esta ordenado pienso que 3 años es el tope para deshacerme de cosas que antes eran utiles pero ahora ya no.
Muy buena fórmula Mavi. Denota que eres una persona organizada. Gracias por tu aportación.
voy a empezar a aligerar mi mochila, pero ya….me ha gustado mucho el articulo, es verdad que con los años, te das cuenta de lo poco que necesitas para vivir, muchas gracias por abrirme los ojos, tengo cajas guardadas desde hace 12 años que me mude casa, pero por no bajarlas a tirar…..jajjaj
También se pueden recuperar ciertas cosas y entregarlas a otras personas que sepan apreciarlas y hagan otro uso de ellas. Si aparece el apego, esto ayuda.
Saludos.
Yo soy de las que acumulaban, pero hace un par de años me cambie de casa, ahora estamos viviendo en una casa pequeña seis personas, no me queda mas que simplificar, aun asi, no me dejan deshacerme de la mayoria de cosas, vivo con personas mayores muy acostumbradas a guardar todo y a acumular sentimientos…me encantaria tirar con muchas cosas.
En esos casos, la aceptación y el respeto a las decisiones de nuestros mayores es la mejor opción.
Gracias Bea.
Me doy cuenta de que cada vez que simplifico siento mucho alivio emocional, mi mente se siente libre.
En algún momento llegué a pensar que nos pasamos la mitad de la vida acumulando para pasar la otra media simplificando.
Me alegra saber que esas acciones te aportan bienestar. Gracias por compartir tu experiencia, Cristina.
Un saludo.
Es verdad que no podemos avanzar con esa cantidad de cosas que acumulamos de nuestro pasado. Pero es tan difícil liberarte de ese apego. Hoy empezaré. Gracias
Es cierto, Mercedes. No es fácil pero poco a poco se consigue.
Gracias por tu comentario.
Muy interesante, es algo que me ronda la cabeza últimamente: la necesidad de dedicar, de manera cotidiana, un tiempo a observar y actuar sobre el grado de desorden
Buen apunte Alberto: observar para poder actuar.
Un saludo.