Para que cualquier sistema funcione, todas las piezas que integran ese sistema deben estar conectadas. De esta manera la energía y la información circulan libremente y generan la experiencia.
Nosotros somos uno con lo que nos rodea, formamos una estructura con el entorno en el que vivimos. El ser humano está unido al lugar por el principio de conexión universal. Si nuestra meta es la plenitud, ésta ha de contemplarse de manera individual y en conexión con el entorno.
El principio de conexión universal mantiene el equilibrio en todo, en cada ser vivo, en la naturaleza y en el universo. En todos los niveles. La clave está en el campo energético que poseemos nosotros y todo lo que nos rodea y que nos vincula de diferentes maneras con ello.
Sin embargo, la humanidad vive al margen de esta estructura. Llevamos mucho tiempo desconectados de las líneas de energía que nos permiten estar en armonía con nuestro cuerpo y con los campos de energía de la tierra.
«La conexión lleva al orden y al bienestar, la desconexión al desorden y a la enfermedad» Dr. Gary Schwartz
Aprender a estar en conexión con el lugar en el que vivimos nos da la oportunidad de crear la experiencia de vida que deseamos, aquello que forma parte de lo mejor de uno mismo y materializarlo.
Pero estamos tan desapegados de nosotros mismos y de la energía que nos envuelve, que tendemos a buscar estímulos externos como remedio para nuestros males.
Disfrazamos nuestro poder interno con la necesidad de algo externo. Hemos asumido que existe una fuerza negativa exterior que nos perjudica y que debe ser contrarrestada.
Pero esto no es así realmente.
Las frecuencias vibracionales de una persona interactúan y responden a las vibraciones que existen en el entorno y que llegan del universo. Y en el universo, todo es amor y perfección.
Pero no podemos llegar al amor mientras nos enfoquemos en el concepto del miedo.
El miedo es el responsable de que hayamos asumido la existencia de la energía negativa, tanto en un entorno, una casa o una persona, creando la necesidad de realizar rituales, oraciones y técnicas de protección o manipulación, incluido el feng shui mal interpretado.
Como he comentado en artículos anteriores, todo lo que existe a nuestro alrededor es energía, que posee una frecuencia y una vibración dada y por tanto contiene información. Esta información supone las infinitas posibilidades que materializan una experiencia, sin juicio. Lo que es bueno para una persona, para otra puede ser interpretado como malo, cuando debería ser aprendizaje y evolución.
La solución para cambiar este concepto es sustituir la protección por agradecimiento. Cuando realizas una acción de protección refuerzas tu miedo y la necesidad de tener más protección. Limitas tu poder porque estás considerando que Dios, los ángeles, el universo o como quieras llamarlo, pueden abandonarte en cualquier momento, cuando siempre están ahí. En cambio, cuando realizas una acción de agradecimiento te liberas y te fortaleces. Amplificas tu energía porque experimentas una emoción elevada que parte de ti.

Recuerda, no hay mal externo que te afecte salvo tú mismo y tu interpretación de las cosas.
La unión de las personas con su entorno genera un campo mutuo de amor y un estado de unidad, comenzando por estos cinco principios básicos.
1. AGRADECIMIENTO
Agradecer a la tierra el pedacito de territorio que nos ofrece para evolucionar, para desarrollarnos y lograr la plenitud nos abre la primera puerta. El hogar se convierte en el escenario que engloba cada experiencia que vivimos. La casa no es más que una porción de tierra, de energía e información que se pone a disposición del ser humano para aprender y sanar. Y qué mejor manera de valorarlo que agradeciéndolo cada día.
Cada estancia de tu casa forma parte de un aprendizaje.
2. ATENCIÓN PLENA
Si te centras en el momento presente y en la toma de consciencia dentro de tu hogar, dentro de cada estancia, serás capaz de sentir, en primer lugar, tu cuerpo y la energía que fluye dentro de ti, y después la energía que existe entre la habitación y tú.
Cada habitación de tu casa requiere tu atención, realiza diferentes tareas en ellas, como leer, meditar, probarte ropa. Lo que más te guste.
Lo importante es estar inmerso en la actividad viviendo el aquí y el ahora, disfrutándola, y de esta manera elevarás tu vibración y la del lugar.
3. CONEXIÓN
Estar en el aquí y el ahora, crea una nueva red neuronal. Cuando permites a tu mente experimentar la energía y la información que existe dentro de ti y a tu alrededor, promueves conexiones no sólo dentro de tu cuerpo sino entre tu cuerpo y el lugar. Una parte de ti queda en el entorno y una parte del entorno queda en ti.
Esta comunión hace que la información de tu campo energético y la información del campo energético del lugar entren en sintonía, resuenen. El entorno reflejará aquello que eres en ese periodo de tu vida y se materializará en forma de experiencia. Por eso, cuando te enfocas en lo que deseas, será más fácil conectar con una vivencia positiva.
Estamos aquí para vivir una experiencia.
4. SINCRONÍA Y ORDEN
Cuando te sientes uno con el entorno se crea un estado de resonancia. La resonancia es el intercambio de energía entre dos o más sistemas, entre tu entorno y tú. Cuando esas fuerzas permiten una transferencia máxima de información para vibrar y adaptarse de una frecuencia a otra, los elementos se sincronizan, se ajustan para establecer un orden y un equilibrio.
El entorno proyecta tu ser interno y tú proyectas la energía de tu entorno.
Es como autorregularse para ordenarse. Lo que experimentas como plenitud o éxito refleja un proceso organizador realizado por las conexiones que permiten una sincronía interna.
Si la información de un lugar o de un determinado sector de la casa muestra el desarrollo de talento o de refortalecimiento de la salud, la persona que allí habita posee esa información también. Sólo tiene que unir las diferentes piezas del puzle para materializarlo. Una pieza puede ser la distribución de la casa y otra su intención y predisposición al cambio.
5. BIENESTAR
Cuando cada elemento está conectado correctamente y las partes integrantes están autorizadas a cumplir con sus respectivos papeles, el proceso fluye generando bienestar.
En este proceso entra en juego la adecuada ubicación de la vivienda dentro del lugar, una correcta distribución de la casa según el mapa energético del terreno y una disposición de usos acorde a ese campo de fuerza.
Una casa que está adecuada al lugar, al momento y al campo energético, posee todos los parámetros para satisfacer la calidad de vida de una persona y promover una experiencia de vida positiva, siempre que esa persona esté preparada.
Sin embargo, existe un lugar para cada persona y una persona para cada lugar. Mi experiencia siempre será diferente a la tuya, porque tú y yo poseemos distinta información y conectaremos con posibilidades distintas. Feng shui te ayuda a tomar consciencia, a seleccionar y elegir la mejor experiencia de vida en un entorno.
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