En estos días se celebra el Hanami, un acontecimiento de apenas unos días de duración que se convierte en un todo un evento en Japón. El Hanami es la contemplación del cerezo en flor, donde se comparten momentos lúdicos entre familiares y compañeros de trabajo, con meriendas al aire libre bajo la sombra de los cerezos. Esto supone un parón en la caótica actividad diaria, siendo un claro ejemplo para la toma de consciencia del aquí y ahora.
¿Te das cuenta de la velocidad en la que vives?
Las prisas, la inmediatez, las frecuentes elecciones entre A o B porque ambas opciones no pueden ser, etc. son las pautas que marcan el día a día. Sin embargo, con un poco de atención, también puedes ser consciente de esos otros momentos que te hacen vivir a otro ritmo más natural y en consonancia con la naturaleza.
Por eso te propongo algo muy sencillo que puede cambiarte la vida radicalmente para que seas más feliz: Enfoca tu atención sobre esos momentos (que los hay) que te hacen vivir a otro ritmo más natural y en consonancia con la naturaleza, los que te hacen respirar y sentirte radiante, en paz.
La floración del cerezo, es un recordatorio que nos ofrece la cultura japonesa para parar el ritmo y que tomemos consciencia de este momento presente, sin distorsiones y que lo podamos vivir y disfrutar con pleno conocimiento. Te propone que observes la falta de sincronismo entre la naturaleza y tu vida.
Puedes quedarte con la anécdota de la belleza visual o puedes tomar las riendas y preguntarte ¿estás viviendo como te mereces? ¿Necesitas llevar a cabo las acciones adecuadas de una vez por todas?
Probablemente pienses que vivir al ritmo que realmente desea tu yo interno es una tarea que sólo las personas con tiempo libre pueden proponerse. Sí, ciertamente esto es así, pero tienes a tu disposición un espejo que refleja tus ritmos de vida. Sólo tienes que observarlo y descubrirte a ti mismo. Ese espejo es tu vivienda.
Sí, efectivamente, a través de tu casa, puedes darte cuenta de esos “tiempos” en tu vida y de cómo puedes tomar las riendas de cada proceso cotidiano.
Siempre digo que una vivienda habla del modo de vida de las personas, de su forma de relacionarse e incluso de su autoestima. Reflejan la dejadez, la falta de tiempo, la obsesión o la rigidez en distintos planos de su vida y las distintas relaciones que se establecen dentro del hogar, que pueden llegar a ser forzadas.
Lo que quiero que sepas es que esto no tiene por qué ser así.
Hoy quiero que observes: fíjate en el uso que se le das a cada estancia, cómo vives o qué atención prestas a este espacio, ya que es un indicativo de tu estado interno de cómo concibes tu mundo.
Como ya he dicho, vivir deprisa hace que se pasen por alto detalles mucho más relevantes de lo que piensas, lo que a la larga, repercute en tus relaciones personales, en tu salud o incluso en tu economía. Esto cambia cuando recibes el toque de atención de tu mente y te pones manos a la obra para solucionarlo. ¡Hazlo ahora!
Me encuentro en muchas ocasiones con personas que no están cómodas en sus casas y la respuesta más inmediata es mudarse o reformar. Sí, esto está bien, pero lo que no saben es la razón que les ha llevado a ese momento crucial, que no es otro que la falta de atención en el “aquí y ahora” de cada día. Es ir con el piloto automático, levantarse, ducha y desayuno rápido, trabajo, comida rápida, trabajo, cena y a dormir. Pasa el tiempo y un día te das cuenta de que lo que ves ya no te gusta porque no forma parte de ti. Con lo que, estas situaciones se volverán a repetir.
Puede que la casa se te haya quedado pequeña, que tengas una gotera en el baño o que tu relación de pareja esté estancada. Pero estas circunstancias no surgen de un día para otro, sino que son el producto de vivir acelerados, sin prestar atención a las cosas importantes de la vida. Tomar otro ritmo, el que necesitas para disfrutar cada momento depende sólo de ti.
Cuando eres plenamente consciente de lo que estás haciendo y disfrutas del proceso, el tiempo cunde mucho más, es como si se estirase. Desarrollas tus sentidos y empiezas a percatarte de todo lo que existe a tu alrededor. Activas tu mente consciente. ¡Haz la prueba en tu casa!
HAZ UN USO CONSCIENTE DE CADA ESTANCIA DE TU CASA
Hacer un uso consciente en cada momento y cada lugar de tu casa, es la clave para conectar con lo mejor de ti.
– En tu dormitorio, Con la luz de la mesita de noche encendida, observa las distintas zonas, el armario, la puerta, la ventana o las cortinas. ¿Qué ves? ¿Te sientes bien con lo que ves o tu atención se enfoca en la puerta del armario que no cierra bien porque no caben las cosas? ¿O quizás en la vieja silla amontonada de ropa? ¿o sabes agradecer el lugar que posees para descansar y recargar pilas para el día siguiente? Observa hacia qué lado inclinas tu balanza.
– En tu cocina, ¿notas últimamente molestias en el estómago? ¿Preparas siempre los mismos platos y ya no disfrutas con la comida? Estos son síntomas de una vida sin consciencia. ¡Cámbiala! Activa este sector experimentando tus propias recetas. Dedica tiempo a cuidarte desde dentro con una alimentación sana. Fíjate dónde guardas los productos, cómo es tu despensa, el mueble superior de la cocina, la cacerola para cocinar. Cómo cruje la cebolla al picarla y cómo chispea al introducirla en la sartén. Disfruta el proceso.
– En tu salón, ¿lo dedicas sólo para tumbarte en el sofá y ver la televisión cuando llegas de trabajar? ¿o ni siquiera te da tiempo a pisarlo entre semana? Pues cambia esos hábitos. Dedica tiempo a tu familia en ese espacio. Juega con tus hijos en la alfombra o llama a tus padres sentado en el sillón. Presta atención a la mesa de centro, coloca unas flores una vez a la semana o un bol de frutas de la temporada. Nota el perfume que desprenden y cómo los nuevos aromas se instalan en tu salón.
Procura los mejores momentos con tus seres queridos a partir de los objetos que forman parte de tu entorno. Cuida cada rincón de tu casa y dedícale toda tu atención.
– En tu trabajo, ¿Te limitas a sacar las tareas adelante sin más? ¿Atiendes las llamadas de teléfono con empatía? fíjate en tu despacho, en tu mesa, en tu silla. Pon atención al sonido de las teclas al redactar un documento y cómo se va llenando el folio en blanco a medida que escribes.
Si te resulta difícil verlo, no tienes más que pensar por qué no es así y por qué has llegado a esa situación de insatisfacción. A continuación, piensa en el paso que tienes que dar para modificarlo y ponte a ello. Un estudio personal te ayudará en este proceso.
OTROS PUNTOS DE VISTA: EL MOVIMIENTO SLOW Y EL LUJO DE LO HECHO A MANO
Como te decía al principio, el Hanami, es la contrapartida que pone la naturaleza cada primavera ante la alteración diaria. La contemplación requiere tiempo, paciencia, tranquilidad, paz interior, momento presente, etc. Todos ellos son los conceptos que forman parte del movimiento slow.
El movimiento slow enseña a tomar consciencia del momento presente, dedicando el tiempo necesario a realizar cualquier actividad cotidiana. Es el Carpe Diem, vivir el momento, disfrutar el proceso dejándote llevar por el ritmo natural de las cosas.
Si te ha gustado este tema y te vas a tomar un fin de semana tranquilo, te recomiendo una película de animación que refleja perfectamente todo lo que te he comentado: El cuento de la princesa Kaguya. Un film realizado a mano, viñeta a viñeta, con acuarelas y con una estética maravillosa, que nada tiene que ver con las tecnologías digitales. Esta película realza la emotividad y la sensibilidad a cada trazo y en cada nota de su banda sonora.
Una obra maestra, surge a partir del disfrute del momento presente. Es el verdadero lujo de lo realizado a mano, con plena consciencia. Puedes ver el tráiler haciendo click en esta imagen.
¿Y tú? ¿Eres consciente de tu presente? ¿Disfrutas cada cosa que realizas? ¿Pones toda tu atención en ello? Cuéntanos tu experiencia.
(Nota: Las imágenes que ilustran este post son fotogramas de la película El cuento de la Princesa Kaguya de Isao Takahata.)
Gracias Esther.
Gracias por sus atenciones.
Gracias por esos regalos maravillosos que contribuyen a realizar cambios integrales en nuestro estilo de vida.
Estar consciente en el aquí y el ahora!
Reciba mi gratitud, luz y amor.
Muchas bendiciones.
Namaste.
RD.Reyes
Gracias a ti, Rosa.
Un saludo.
Hola Esther, me ha encantado este artículo. Siempre nos descubres cosas nuevas. Me encanta pararme y contemplar la naturaleza, siento que me recuerda que lo importante no es correr ni hacer tantas cosas sino «estar en lo que estés», con tu cuerpo y con tu mente. Me esfuerzo por evitar el «multitasking» todo lo posible y me siento identificada con el movimiento slow. «Menos» de según qué cosas (prisa, nervios, estrés, autoexigencia) es mucho «Más». En casa llevo tiempo dedicandome a «vaciar», ordenar y simplificar los espacios. Estoy de acuerdo contigo en que nuestra casa refleja nuestro interior. Y también creo que podemos empezar poniendo orden, cariño y atención en nuestra casa y así también sentirnos nosotras queridas, plenas y felices.
Un abrazo y muchas gracias,
Cristina
Muy buena aportación Cristina.
Gracias a ti.
Un abrazo.
¡Es estupendo Esther! Me ha encantado, y me ha venido muy bien. Muchas gracias por compartir este saber tuyo con los que te seguimos!
Muchas gracias Marta. 🙂
Un abrazo.