“Si bien es cierto que todo está en el TODO, no lo es menos que el TODO está en todas las cosas”. El Kybalión.
Te reflejas en todo que vives y en todo lo que cocreas. Te reflejas en lo que atraes y en lo que experimentas porque eres unidad con todo.
¿Cuál es el medio físico que actúa de pantalla? ¿Dónde proyectas lo que más íntimamente eres? ¿En qué lugar tu energía y tus emociones se vinculan con más fuerza?
En tu hogar. El lugar donde ríes y lloras, donde evolucionas y aprendes. El lugar donde nada tienes que ocultar, en tu refugio, en tu yo.
Tu hogar es un medio óptimo de sanación. Qué mejor forma de equilibrar ese espacio que contigo mismo.
Las personas traen consigo un campo energético que enlaza con los campos energéticos de los lugares que habitan. Comprender este aspecto de la vida es comprender una versión dormida y desconocida de lo que nos rodea. Es comprender la necesidad de vivir una determinada experiencia que puede ser utilizada para sanar. Es entender que esos campos comparten información para ir formando sistemas de aprendizaje y evolución.
El hogar es reflejo directo, claro y evidente de lo que somos en unidad e integridad. De nuestra luz y de nuestra oscuridad, de nuestra salud y de nuestra enfermedad.
Convertir el hogar en un instrumento de aprendizaje y sanación es enlazar la información que el campo energético del ser humano contiene con la información del campo energético del lugar.
Esto no se concibe de forma lógica, fría o racional. De lo que se trata es de comprenderlo, vivirlo y experimentarlo. Y desde esa comprensión, sanar y evolucionar.
Porque la sanación no se limita a una única forma, terapia o conocimiento. La sanación es una energía cuya sabiduría no puede ser entendida o delimitada por los egos. Ha de ser, simplemente, vivida. Vivida en la confianza de que esa energía actúa con una sabiduría, una luz y un amor que nuestros egos no poseen.
Bajo este punto de vista, tu casa, tu hogar se convierte en el mejor soporte para conocer tus fortalezas y tus debilidades, tus aprendizajes y tus retos desde el momento en el que decides instalarte en ella.
El hecho de que vivas donde vives te está transformando en la medida que enlazas con las experiencias de vida que necesitas según tu nivel de vibración.
La entrada, tu habitación, tu despacho, el salón, la cocina, todas y cada una de las estancias que componen tu residencia, conforman un sistema que te conecta con una experiencia determinada de vida. Esta experiencia se vincula con un aspecto relativo a cada uno de tus sistemas (personales y profesionales), y será favorable o de aprendizaje.
La morfología de la casa o el lugar que ocupa cada estancia, en el espacio y en el tiempo, tienen una razón de ser para cada persona.
No es lo mismo una distribución regular que una distribución laberíntica. Vivir al borde de la playa o al borde de un acantilado. Ubicar la cocina en el sector suroeste o en el centro de la vivienda.
Todo aquello que crees que es fruto de un diseño racional del espacio, tiene un impacto sobre ti. Conocer el campo energético de antemano te da la opción de tener las herramientas para enfrentarte a diversas situaciones de tu vida de la mejor manera posible y aprovechar todo lo positivo que hay en ti, y, en consecuencia en ese lugar.
Y por otro lado, saber qué actuaciones arquitectónicas desarrollar a través de un proyecto para adecuar cada estancia y su posición con la mejor información del lugar, que es tu propia información.
Así que activa tu parte consciente y observa. Porque al abrir el foco de atención para percibir información más allá de la materia, elevas tu nivel energético.
Si quieres lograr un cambio en tu vida, descubrir por qué experimentas determinadas vivencias una y otra vez y transformarlas hacia el extremo positivo, una arquitectura holística, consciente te abre los ojos. Te ayuda a construir el reflejo de tu sistema en tu propia casa.
LA HISTORIA DEL LUGAR
Mientras tanto, un primer punto de partida es investigar la historia del lugar en el que deseas vivir. Ya sea una parcela o una vivienda, invierte tiempo en conocer la vida de las personas que tiempo atrás ocuparon ese lugar para saber qué experiencias marcaron su estancia allí. El mensaje de cada entorno es un patrón que tiende a repetirse, salvo que tu intención personal actúe a favor del desarrollo de otro modelo.
Es muy común que las personas sigan los mismos patrones que sus antecesores. Ya sea en el ámbito personal, profesional o en cuestiones de salud. Realmente no es que heredemos tanto el ADN como las casas donde vivimos.
La adquisición de una casa conlleva también la adquisición de su sistema energético. Personas con el mismo sistema, repiten experiencias de vida en ese lugar. Personas conscientes de esas experiencias tienen la oportunidad de seguir en la línea sucesoria de ese sistema o cambiarlo. Esto es posible moviendo las diferentes piezas que componen el lugar, para establecer nuevas conexiones.
Hola Esther, te escribo desde Argentina, gracias me ayudo mucho sobre la energía del lugar donde vivo. Por que me pasaron cosas no muy agradables y no se cuantos dueños tuvo este lugar, donde yo construí mi casa.. muchas gracias.
Me alegra que te haya ayudado, Norma.
Un abrazo.