Cuando se habla de feng shui inmediatamente se relaciona con el interior de la vivienda, el orden, la orientación de los muebles, los colores. E incluso con algo etéreo que no se sabe muy bien qué es pero que está presente y que puede manejarse a favor de cada uno. Pues bien, esto no es del todo así.
El feng shui establece una relación entre el hombre y su entorno, exterior e interior, donde la clave es la fuerza vital que está presente en todo lo que te rodea, en la naturaleza, animales, plantas, alimentos, en cada objeto cotidiano animado o inanimado, y, por supuesto en cada persona.
LOS ESPACIOS REFLEJAN A LAS PERSONAS
Si empiezas un recorrido observando desde el exterior hacia el interior, de lo grande a lo pequeño, de lo general a lo particular, desde tu barrio hasta tu dormitorio podrás entender que el exterior es la proyección del interior. Como es fuera es dentro. Tu cuerpo es el reflejo de tu estado interno, lo mismo que en tu casa se proyecta tu modo de pensar o de vivir. Y el barrio en el que vives refleja a las personas que forman parte de ese entorno.
Por eso, antes de enfocarte en el interior de tu vivienda ten en cuenta el marco que la rodea.
¿Qué sensaciones te transmite el barrio en el que vives, tu vecindario? ¿Desde qué punto de vista lo describes? ¿Ves lo positivo o lo que te molesta? Si estás en este último caso, te aconsejo que antes de continuar eches un vistazo a este artículo, donde te hablo de la perspectiva de ver lo bueno o lo malo.
Comienza hoy mismo por hacer tu recorrido habitual, de manera consciente. Fíjate en los edificios, si están en buen estado, si forman un conjunto homogéneo en cuanto a tamaño y forma, si están abandonados. Fíjate en las estructuras que pueden ser perjudiciales para tu casa como torres de alta tensión o antenas, pero también en la vegetación, parques y árboles que hacen que el ambiente del asfalto se vuelva más amable.
Por otro lado, mira si tu edificio está protegido. Si tiene edificios más altos detrás que supongan un apoyo importante o bien está al descubierto y tiene un espacio abierto.
También es importante el carácter de la zona. Si es una zona tranquila o tiene mucho movimiento.
Un exceso de yin es tan perjudicial como un exceso de yang. Por ejemplo, una zona sombría, de calles estrechas, edificios altos, es muy yin y puede provocar soledad, aislamiento y depresión. Sin embargo una zona muy activa, con calzadas de mucho tráfico o calles con demasiada gente, son excesivamente yang, que pueden provocar estrés y desorden mental. (Esto es aplicable también a tu vivienda: un dormitorio muy apagado, poco ventilado y desordenado es muy yin o un salón con demasiado espacio abierto, mucha luz y ruido, es muy yang).
Ten en cuenta por qué calles transitas para llegar a casa, si acortas el camino por zonas muy yin o bien procuras pasear por zonas más activas (sin exceso) que tengan espacios verdes. Este aspecto influye enormemente en tu estado de ánimo, que es el que te vas a llevar a casa.
A través de disciplinas como feng shui es posible determinar si una vivienda es favorable o no según las características del entorno, su orografía, las pendientes o las orientaciones de sus calles, analizando la entrada y la salida del qi. Sin embargo, esto se manifiesta en el carácter del barrio, y más concretamente en los habitantes de los edificios, en su prosperidad, en su salud, en su actitud.
Muchas veces, conocer la historia de las personas que viven o han vivido en un edificio da muchas pistas sobre lo que tú también puedes vivir allí.
Pero no olvides que vivas en el lugar que vivas, el poder del cambio está dentro de ti mismo. Como te decía al principio, feng shui es la conexión del hombre con su entorno. Cuanto más positiva sea tu actitud, mayor será tu nivel vibracional y con más facilidad trascenderás obstáculos y conseguirás tus objetivos. Porque todo se basa en tu mente subconsciente.
Así que te propongo una actividad. Piensa en la sensación que tienes en el momento de llegar a tu casa, tus reacciones, la manera en la que te relacionas con tu familia… Da igual que sea buena o no. Después analiza el recorrido que has seguido hasta llegar a casa y su dirección.
Al día siguiente, cambia ese recorrido. Aunque tardes un poco más, busca otra opción para llegar a tu portal, a ser posible, desde otra dirección magnética. Es decir, si llegas desde el Este, hazlo desde el Oeste, o en vez de llegar por la derecha, llega por la izquierda. Estudia tus sensaciones y me cuentas.
HASTA LA PROXIMA GRACIAS POR APORTARNOS BUENOS COMENTARIOS ENTRE LOS OBJETOS QUE NOS RODEAN Y LA NATURALEZA, TODO ES CUETION DE MEDIDA.
Gracias Cristina.
La claridad de tus explicaciones hace entender el Feng Shui muy fácilmente y, sobre todo, desmitificarlo como una ciencia abstracta… ya q todo tiene su por qué. Sigue enseñándonos 😉
¡Gracias Max!
Hola, Esther!!! Me encantan tus publicaciones. Soy diseñador gráfico y me dedico a dar clases de mi profesión en diversos institutos y empresas de la ciudad de Rosario, Santa Fe, Argentina. Te sigo porque tuve que dar unas clases de Feng Shui en uno de los institutos donde trabajo y , como aplico bastante Feng Shui en mi hogar, me sirve todo lo que publicás. Muchas gracias por ser tan clara y sencilla para explicar todo.
Muchas gracias por tus palabras, Facundo!
Un saludo.