Juan está a disgusto con su casa. Mónica piensa que el sitio en el que vive es lo peor de lo peor. Piluca odia la habitación en la que duerme. Felipe evita pasar mucho tiempo dentro de su casa.
¿Y a ti? ¿Te ha pasado alguna vez?
Es curioso que siempre nos fijamos en la parte negativa. Anteponemos la negación a la afirmación. Solemos decir,” esto no me gusta” antes que “me gustaría”… O bien, “no sé lo que quiero, pero sé lo que no quiero”.
Lo que crees, creas.
Pero lo que seguramente no sepas es que antes de cualquier cambio, hay que amar lo que se tiene en ese momento, hasta el más mínimo detalle porque todo es una proyección de uno mismo. Tu casa eres tú.
Si no te gusta tu habitación, tu armario o tu barrio, es indicio de que algo en ti no te gusta. Esa parte que rechazas fuera también es parte de ti. Si la rehúyes, irá contigo, en otra casa o en otra persona.
Cuando tienes un problema, hay que resolverlo, si huyes, el problema sigue estando ahí, por muy lejos que estés. En cuanto te enfrentas a la situación y despiertas tu consciencia, resuelves y trasciendes.
AMAR TU CASA ES EL PASO PREVIO A SU FENG SHUI.
Hasta que no ames cada rincón de tu casa, hasta que no la hagas tuya o que forme parte de lo mejor de ti, no podrás trascender esa parte de tu vida.
Amar tu casa es amarte a ti mismo.
¡Vive tu casa como si fuese tu palacio! Y haz de tu vida unas eternas vacaciones.
– Agradece lo que tienes y la vida te ofrecerá lo mejor para ti, las escenas que tienes que vivir en los escenarios que tienes que estar.
– La vida te lleva al lugar que necesitas en ese preciso momento.
– Tu casa es tu aliada.
– Establece una afinidad con ella y sé consciente de sus virtudes, no de sus defectos. Como si fuese tu pareja.
– Observa todas las cosas buenas que tienes alrededor, la cocina donde puedes preparar tu alimentación, la cama que te permite descansar, la ducha en la que puedes asearte.
– Date un paseo y mira las calles, agradece el banco que hay situado enfrente de tu portal en el que puedes sentarte para abrocharte bien los cordones desatados.
– Los árboles, que, aunque pequeños aún, en unos años serán la mejor sombra para cuando vuelvas a casa a medio día en pleno verano.
– Y esa calle principal, llena de coches que te permite salir rápidamente hacia el trabajo. O incluso en el atasco de la tarde, puedes caer en la cuenta de ese negocio familiar de la acera de la derecha, que todavía sigue en pie y que mañana mismo te tendrá como cliente.
– Todo tiene dos versiones, la positiva y la negativa. Como tú mismo, puedes sonreír o puedes enfadarte, alegrarte o sentir envidia.
– Ver el lado positivo de cada situación, persona o cosa te da LIBERTAD.
– Aquello en lo que te enfocas se hace mucho más grande. Lo que crees creas.
– Si rehúyes o desprecias, encontrarás escenarios distintos, pero situaciones similares.
– Identifícate con todo lo que te rodea. Si no te gusta, agradécelo y con cariño, búscale otro lugar dentro o fuera.
– Evita las excusas porque sólo te enfocas en una o dos opciones posibles y no ves las infinitas posibilidades a tu alrededor.
– Si tienes muebles que no te gustan no siempre tienes que tirarlos y comprarte otros: píntalos, dales un uso completamente distinto o subástalos entre tus amigos. ¡Haz algo divertido!
– Cuando ames cada rincón de tu casa, cuando la hayas hecho tuya formará parte de lo mejor de ti y atraerás nuevos y mejores escenarios.
– Tu vida cambia porque tú cambias.
– Puedes hacer pequeñas modificaciones en casa, una reforma o una mudanza, pero siempre con agradecimiento al sitio que ha sido tu refugio hasta entonces. Sin huir.
De esta manera, abres otra puerta, habrás conectado con otras experiencias y con otras vivencias, y, por tanto con otra casa. En ella se escribirá un nuevo capítulo, que gracias al feng shui podrás conocer de antemano.
Mi experiencia así me lo demuestra.
Y tú ¿qué opinas?
Un saludo desde México. Mi casa ha tenido un descuido de más de diez años, luce abandonada y triste. No es por falta de dinero o de tiempo, es por indiferencia. Hace unas semanas comenzamos a repararla. Pintamos el portón de la entrada principal y ahora luce como nuevo, ese pequeño cambio nos llenó de entusiasmo y no pensamos parar hasta verla otra vez alegre y atendida. Empieza a circular el Chi, creo.
Gracias por el artículo.
¡Qué bien Irma!
Muchas gracias por tu aportación.
Esther.
mi casa es hermosa justo como mi esposo y yo la soñamos, con los mejores acabados que pudimos comprar etc. El problema es el barrio que escogimos para construir. Es un barrio no desarrollado aún incluso es calificado como rural aún, en mi ciudad está de moda irse fuera del centro, pero justo el lado de las afueras escogido por nosotros no ha tenido pegue ni la gente le da el valor o plusvalía como otras afueras. No tengo muchos vecinos, es casi desolado. Pero a 30 minutos del centro. No les digo mi ciudad porque prefiero mantener el anonimato je. Todo esto me genera complejos inseguridades rabia e irá conmigo mi esposo. Mis amigas se fueron a las afueras de moda y las envidio pero no por las casas sino por el sector IN en el que lograron comprar terrero. Qué tinta soy pero así me siento será que algo malo pasa en mi?
Por cierto me encanto tu pagina
Hola Anita,
Ni mucho menos pienses eso. Lo que pasa es que te fijas más en lo que no tienes (o lo que tienen otros) que en lo que tienes. Las circunstancias que llevan a cada persona a elegir un determinado lugar son distintas a las de cualquier otra. Así que enfócate en lo que ya tienes, en tu hermosa casa, en las ventajas de tu entorno (que seguro que las hay), como la tranquilidad, u otras muchas cosas. Piensa en ellas, haz una lista y léela cada día con agradecimiento. Este pequeño gesto te hará estar por encima de tu rabia generando en ti una sensación más positiva, sobre todo si esto lo aplicas a otros aspectos de tu vida.
Un saludo,
Esther
Gracias muy sabias palabras abrazo fuerte
Totalmente de acuerdo. La casa es el reflejo de uno mismo así que si amas tu casa es que te quieres o si te quieres seguro que amas tu casa
¡Gracias María! 😉
Un abrazo.
Esther, este artículo podría ser extrapolable a todo aspecto de la vida.
Por cierto, en qué proyectos estás embarcada ahora?
Exactamente Tomás, así es. Muchas gracias por tu aportación.
Opino lo mismo!…sin embargo no encuentro acogida a esta forma de entender las viviendas en la gente en general…no al menos en Coruña…He intentado trabajar desde esta perspectiva con clientes en decoración, pero ni me resulta rentable ni encuentro sensibilidad por parte del cliente, el cual quiere algo «muy bonito y al menor precio posible»…..
Yo te animo a que sigas adelante, Vicky. No desesperes. Trabaja con empeño, siendo fiel a tu filosofía y no trates de convencer a nadie porque perderás tiempo y esfuerzo. Cree en ti misma y en tu trabajo y ya verás cómo cuando menos esperas aparece ese cliente que te buscaba precisamente a ti por todo lo que puedes ofrecer. Confía.
Un saludo.