Piensa en tu ciudad favorita o en el barrio o plaza que más te gusta ¿sabrías decirme la razón real de tu elección?
Todos tenemos predilección por una ciudad, un barrio o un edificio, lugares que nos pueden gustar por su estética o por su ambiente. Pero si reflexionamos un poco, lo importante y lo que nos conmueve de esos lugares en que nos hacen sentir bien porque en ellos pasamos momentos felices y compartimos ratos agradables con otras personas.
En la ciudad, estos lugares son generalmente espacios abiertos, al aire libre porque en el espacio público es donde los ciudadanos sienten, se identifican y proyectan sus propios valores.
¿Quién dice que no a un paseo por las calles de París o a un picnic en Hyde Park?
El espacio vacío de la ciudad es el espacio vivido de la ciudad y el marco de esos espacios lo compone la arquitectura que los rodea.
La arquitectura es un medio de expresión, mediante el cual el arquitecto proyecta su creatividad pero también su manera de pensar, sus creencias y sus patrones mentales. Sin embargo, la arquitectura es una actuación deliberada en la naturaleza a través de la construcción de edificios. La arquitectura es un artificio en contra de la naturaleza.
La planificación está exenta de consciencia ya que los arquitectos no conocen ni se preocupan por la riqueza que yace oculta en cada intervención. Se anula el trasfondo de cada actuación y se desconocen las consecuencias en la vida de las personas.
Conocer el paisaje, el terreno y sus formaciones es indispensable para un urbanista, pero se pasan por alto las orientaciones, el campo energético y también el campo electromagnético natural o artificial del territorio, referencias fundamentales a la hora de hacer arquitectura. Recabar todos estos datos y analizarlos de manera consciente y sensible permite obtener resultados a favor del bienestar de las personas.
¿Por qué algunas zonas de la ciudad se encuentran deprimidas, con un ambiente hostil a pesar de estar supuestamente bien ubicadas? ¿Por qué unos barrios son más prósperos que otros?
A lo largo del tiempo se ha aniquilado y reprimido esta información que hoy día algunas personas comienzan a intuir y a darle forma. De ahí que resurjan disciplinas como Feng shui o aparezcan otras nuevas como neuroarquitectura dando la oportunidad de contrarrestar el efecto de una intervención artificial para que se realice con intención, dando lugar a espacios propicios para las personas.
Estas disciplinas dan la oportunidad de ver a través de la arquitectura, dando respuesta a muchas de las situaciones que se viven en la ciudad.
Una vivienda forma parte de la mente individual de sus habitantes, es decir, son los espacios en los que se proyecta el modo de pensar, de actuar y de vivir de una persona. En cambio, un barrio o una ciudad forman parte de la mente colectiva de las personas. Existen vínculos que de manera inconsciente conectan el espacio con personas que poseen intereses e inquietudes similares. Esos vínculos se generan a través de la parte emocional de las personas y se producen de manera inconsciente.
La composición del entorno, el tipo de paisaje, su forma, la configuración de las calles, la apariencia de los edificios y del mobiliario urbano, influye en las personas. Estimulan una parte del cerebro que reacciona con una determinada acción. Este es un camino de ida y vuelta, existe un barrio para cada conjunto de personas, lo mismo que un grupo de personas para cada barrio.
Las personas son el último eslabón de la cadena, cuando debería ser el primero. Son las que finalmente viven los espacios e intervienen en ellos según sus propias pautas mentales. De esta manera, la sociedad se estructura en base a criterios sociales y culturales.
La cuidad es la suma de la arquitectura y de las personas. Parte del medio de expresión del arquitecto y finaliza con la respuesta de los ciudadanos.
Paseando por cualquier ciudad con historia, encontramos calles muy agradables, con edificios centenarios que responden a la moda de una época y que forman parte de la identidad de muchos barrios antiguos.
Sin embargo, hoy día, las construcciones son cada vez más individualizadas, respondiendo a la marca personal de su autor, a su estilo y a un interés por hacer de cada edificio un emblema de la ciudad. Pero pocas veces se piensa en las experiencias de las personas que habitan esos edificios y las que lo tienen como parte de su entorno exterior.
Este edificio es el Campus Repsol en Madrid, una de las últimas construcciones más representativas de la ciudad, junto con la nueva sede del banco BBVA. Es obra del arquitecto Rafael de la Hoz. Se trata de un edificio sostenible, que ha recibido la máxima certificación medioambiental. Su diseño está, en parte, pensado para sus ocupantes, ya que consigue la máxima luz natural y amplios y atractivos espacios ajardinados en el interior.
Sin duda alguna es una construcción imponente, potenciada por una sucesión de pórticos cuadrangulares que rodean transversalmente cada bloque. Pero no hay que olvidar, que la forma produce un efecto y estas formas son afiladas, apuntan hacia todos los lados e inciden tanto en el interior como en el exterior. El efecto es agresivo. ¿Cómo te sentirías permaneciendo durante un tiempo considerable expuesto ante estas estructuras?
Sólo es necesario pararse un momento para sentir, asimilar y analizar. Como decía al principio, vivimos pasando por encima de lo que existe a niveles más profundos de lo que vemos. Tenemos dormidas todas las percepciones que poseemos por naturaleza porque no interesan. Pero si damos un paso más y observamos lo que se oculta detrás de cada actuación, nos daríamos cuenta de cómo sentimos, cómo pensamos y cómo actuamos. De esta manera, sabríamos si realmente, este tipo de arquitectura es la mejor respuesta.
Se trata de una elección.
¿Te ha sorprendido algún edificio de tu ciudad? ¿Qué opinión te merece?
HOLA ESTHER, MUY ACERTADOS TUS COMENTARIOS SOBRE LAS CIUDADES Y LAS PERSONAS QUE LO HABITAN, CREO QUE HAY FUNCIONARIOS QUE ESTAN A CARGO DE LOS LOS ESPACIOS PUBLICOS QUE NO TOMAN EN CUENTA LA ESTETICA Y LA ARMONIA CON LOS ELEMENTOS DE LA NATURALEZA, ,ME GUSTARIA ENCONTRAR PERSONA SENSIBLES QUE TRASCIENDAEL QUERER UNIFICAR TODO PARA UN LADOY QUE SE BUSQUE ESE EQUILIBRIO ENTRE UNOS Y OTROS. SALUDOS
Gracias por aportar tu opinión, Cristina. Afortunadamente cada vez hay más personas sensibilizadas en este aspecto, muchas de ellas, también arquitectos. 😉