La buena noticia es que el sol sube el estado de ánimo por lo que apetece salir, disfrutar del ocio veraniego y permanecer menos tiempo en casa. La no tan buena es que en la mayoría de los casos las altas temperaturas dificultan tener un ambiente agradable y fresco en casa sin usar el aire acondicionado.
En España, el aire acondicionado ha pasado a ser un imprescindible ya desde la primavera. En mayo, a las siete de la mañana el transporte público ya lo tiene en funcionamiento, cuando la temperatura exterior apenas alcanza los 16º. En consecuencia, personas como yo, con la temperatura corporal baja tenemos una sensación térmica extrema en muchos lugares públicos. Algo antinatural y tremendamente molesto, aparte de los problemas respiratorios que ocasiona.
El avance tecnológico ha influido irremediablemente en la sensación de confort de las personas. Cada vez somos más intransigentes porque no somos capaces de adaptarnos de manera progresiva al cambio de meteorología. Lo inmediato es buscar la herramienta fácil que contrarreste al instante los efectos del calor o del frío. Con tocar una pantalla es posible poner en marcha todos los artificios a nuestra disposición para conseguir estar frescos.
Pero ¿no piensas que es mejor evitar la acumulación de calor en casa antes que contrarrestarlo con un aparato eléctrico? Sólo hace falta pararse un rato, observar, ser conscientes de los cambios térmicos que se producen en los lugares en los que vivimos y conocer cómo nos afectan.
En estos parámetros se basa la arquitectura bioclimática y las casas pasivas. Pero esto lo trataremos en otro momento. Si eres de las personas a las que les molesta el aire acondicionado pero no renuncian a un ambiente de confort natural en casa, ten en cuenta estas sugerencias.
1. ALEROS, TOLDOS Y PROTECTORES
En la medida de lo posible hay que evitar que los rayos solares incidan directamente en las ventanas o al menos, retrasar su entrada. Por ello, siempre serán más efectivos los métodos utilizados desde el exterior hasta el interior.
Una opción es colocar una visera sobre la ventana a modo de alero o toldo. También pueden ponerse contraventanas y celosías que evitan la entrada directa de los rayos del sol y permiten la circulación del aire caliente. Estos sistemas son indispensables en orientaciones Sur y Oeste.
Sin embargo, en edificios de viviendas no siempre son posibles estas opciones por repercutir en la imagen de un elemento común como es la fachada. En este caso, y también, por un tema económico, se pueden colocar unas láminas de protección solar sobre los cristales de las ventanas. Estas láminas son como unos vinilos que van pegados al cristal y reflejan los rayos del sol, lo que reduce la radiación en el cristal hasta en un 40%. Los hay en varios colores y con diversos grados de protección tanto solar como de entrada de luz.
2. VENTILACIÓN NATURAL
Las casas con patio, con una parte en sombra, vegetación y una fuente o un estanque, son las mejores soluciones para refrescar el ambiente porque el agua, al evaporarse consume energía, y por tanto, calor. Además, los patios, permiten la presencia de ventanas, que junto con las de las otras fachadas generan corrientes naturales de aire en el interior de la vivienda. Estos son sistemas tradicionales, de nuestros antepasados, que se están retomando hoy día.
Si no tienes patio ni ventilación cruzada (ventanas en fachadas opuestas) abre las ventanas mientras la temperatura exterior es baja, para que entre el aire frío a la vivienda. Cuando los primeros rayos de sol incidan dentro de la casa, es el momento de cerrar las persianas y las cortinas (mejor si son de algodón tupido) pero manteniendo la ventana ligeramente abierta, apenas unos centímetros. Si cierras la ventana, el aire caliente no entra, pero tampoco sale, y si el grado de humedad es elevado la sensación térmica es mucho mayor. Así que deja un poquito abierta la ventana.
3. VENTILADOR Y CLIMATIZADORES
Los ventiladores no generan aire frío, lo que hacen es mover el aire impidiendo que es estratifique. El aire caliente tiene menos densidad y se acumula en la parte superior de la estancia, mientras que el aire frío al pesar más, tiende a mantenerse en la parte inferior. Un ventilador desplaza el aire húmedo del entorno moviendo el aire más frío. Esto produce una sensación de frescor reduciendo la temperatura hasta 3º. Los ventiladores más efectivos son los de techo.
Los climatizadores por evaporación de agua son aconsejables en climas secos ya que aumentan la humedad en el ambiente y puede saturarlo. Este sistema se basa en reducir calor por la reacción que se produce al cambiar el estado del agua de líquido a gas (vapor de agua). La instalación es muy similar a la de un aire acondicionado pero con la ventaja de que no tiene compresor, de que su consumo eléctrico es un 80% menor. También existen climatizadores portátiles.
4. ALIGERA LAS ESTANCIAS
Las paredes en colores claros reflejan los rayos solares por lo que tardan más en calentarse que las paredes oscuras. No es necesario pintar todo de blanco, los tonos empolvados siempre son una opción acertada y además muy fácil de combinar.
En este punto es obvio decir lo imprescindible de haber hecho una buena limpieza y organización de toda la casa. Limpieza y retirada de alfombras y ropa de cama de invierno, limpieza de cortinas, orden de armarios con la ropa de verano, desprenderse de lo que ya no se use, etc.
Una vez hecho esto, da un nuevo aire a tu salón y a tu dormitorio. Cubre el sofá con fundas naturales o con telas bonitas, ligeras y de algodón o lino y combínalos con unos cojines alegres. En tu dormitorio, escoge una colcha fresquita y con poco volumen para que no te moleste si la pones a los pies cuando duermes. Tumbarse sobre las sábanas de tejido natural recién puestas es una de las mejores sensaciones cuando se tiene calor ya que siempre están fresquitas.
En tu cocina evita reducir las emisiones de calor y aprovecha para experimentar platos nuevos de ensaladas fresquitas, de frutas y verduras.
5. PERMÍTETE DISFRUTAR DE TU CASA
Aprovecha esta época para cambiar aquello que no te gusta de tu casa. Pinta, quita cuadros, pon telas en las paredes, un mural, fotos actualizadas. Es una oportunidad para ver tu casa con otra actitud.
Y recuerda estimular todos tus sentidos. El confort siempre va asociado a todos ellos. Y tan importante es el olor como el sonido. Ambos conectan enseguida con las emociones, lo que te hacen trasladar a un momento feliz, ya sea de tus vacaciones o de tu niñez. A mí me gusta mucho perfumar los armarios y algunas estancias de la casa con saquitos de hierbas naturales. Pueden ser de lavanda, de cáscara de naranja y de limón y clavo o de hojas de alcanfor. Dejan un perfume muy agradable.
Tómate un ratito para ti, y disfruta de cada rincón. Observa cuál es el lugar en el que mejor te sientes según el momento y permanece tiempo allí. Puede ser tu pequeño balcón o un rincón del salón. Dale nueva vida y aprovéchalo para escuchar música, tomarte el desayuno o relajarte. Cada rincón de tu casa debe beneficiarse de tu atención y más aún si te produce sensación de frescor y bienestar sin necesidad de recurrir, en primera instancia, al aire acondiconado.
gracias por tus consejos sobre este tema ya que la tendencia es que sean los veranos mas calurosos cada vez saludos.
Sí, es cierto Cristina. Un saludo.